No creo que el fortalecimiento de las familias se deba cargar exclusivamente a las mujeres. Esa responsabilidad debe ser de todos sus integrantes sin distingo de sexo.
Lo que sí considero un reto fundamental es desterrar de una vez por todas la prepotente cultura del machismo que, además de imponer a las mujeres roles, se vuelve intolerante y presenta dramáticos tonos de violencia. El machismo es sinónimo de opresión y sangre en muchos puntos de nuestro Pais -dentro y fuera de familias- lo que lo convierte en una vergüenza para la sociedad.
Aniquilar este mal significa forjar para las mujeres la oportunidad de incursionar en cualquier esfera sin discriminación, sin el acoso vil, sin la insultante disparidad que sigue existiendo en la remuneración que obtienen con respecto a los varones.
De ahí que el compromiso debe de ser con su propia libertad de elegir destino; acto aparentemente sencillo, pero valiente. Bajo este principio es que tantas mujeres van pisando vereda sustituyendo vicios por una cultura de igualdad.
R.R.M.
Picasso. "Woman With Flower", 1932.
  
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